miércoles, 17 de febrero de 2010

De nuevo.


Desesperarnos suele ser lo habitual
después de saber que la memoria
va a quedársenos pequeña...

Y que no se puede rellenar un vaso tras otro
si no hay alguien que se lo beba.

La misma obviedad
y un cuerpo que se eriza
por un roce accidental.

Conmovedor,
lo que quiero es que me mires
cuando estés dentro.



Nunca se vuelve a pasar dos veces por el mismo sitio
porque en realidad, es una novedad
aunque pueda parecer lo mismo.

Y aquí volvemos a estar
sonriendo al preparar la salsa
volviendo a atracar el latex
de las farmacias de guardia.

Desesperarnos, suele ser lo habitual
después de saber que la memoria
va a quedársenos pequeña...

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