
Sobre el hueso,
blanco y calcinado,
sosteniente, apoyado,
blanquecino y estriado,
resistente o fragmentado.
Encima del hueso, un peso,
retorcido y sustentado sobre dos piernas
cruzadas victoriosas sobre si mismas,
soportando todo el cuerpo,
encima del hueso,
del empeine de un pie,
y todos los piés
encima del suelo,
debajo del cuerpo.
Abierta, la boca proyecta el deseo,
llena de otros, la plaza,
el hueso, lleno de nada,
hueso hueco que pierde su función de andante
y se sienta debajo,
como un colchón confortable,
que sujeta el lenguaje y las miradas de muchos,
de todos, los huesos del pueblo.
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