lunes, 13 de febrero de 2012

Un tiro

Para una ilustración de Antonio Illescas
y su "catálogo de suicidios"

El impacto atravesó la piel, ya negra,
con el pelo quemado y los capilares humeantes.

Y entró hasta tocar el hueso,
blanco, firme y hueco,
que quebró como una nada
tras el paso de la bala.

Luego la carne salió,
roja, viscosa y sangrada
y el suelo se manchó
y las paredes de tu casa.

"volveré cuando estés muerto",
me gritaste enfadada.

1 comentario:

suéltalo